RD no se puede considerar como Nación
RD no se puede considerar como Nación
Américo Lugo: pensamiento político y social dominicano.
Wilson Enrique Genao Núñez
Centro de Estudios Caribeños
PENSAMIENTO QUE COBRA VIGENCIA EN EL DÍA DE HOY
“El Estado Dominicano no nació viable. Murió asfixiado en la cuna. Proscriptos salieron los padres de la patria, condenados por el crimen de haberla creado”
En términos sociales consideró que “el pueblo es un montón informe…una masa caótica de crímenes y de sangre”.
Américo Lugo: Un héroe cívico para el tiempo presente
La soberanía nacional será un tema clave en su pensamiento político. Su preocupación por la soberanía nacional y la crítica al imperialismo y a la política injerencista de Estados Unidos vienen de los años previos a la intervención militar de 1916-1924
Para explicar su visión de la nación, Lugo recurre al concepto de pueblo y va a considerar que al despuntar el siglo XX gran parte del pueblo dominicano no había adquirido plena conciencia de su condición de nación. Esto supone que en el pueblo dominicano no había ningún elemento de aglutinación social, donde la mayoría de la colectividad no respondía a una elemental constitución ética, y donde la mayor parte de la colectividad carecía de un ideal de progreso, lo cual limitaba la posibilidad de construir un estado dominicano moderno. Sostuvo que no “había que forjarse ilusiones sobre el valer moral del pueblo dominicano. Una inmensa mayoría de ciudadanos que no saben leer ni escribir, para quienes no existen verdaderas necesidades, sino caprichos y pasiones, bárbaros, en fin, que no conocen más ley que el instinto, más derecho que la fuerza, más hogar que el rancho, más familia que la hembra del fandango, más escuela que la gallera”.
Su radicalización en un ambiente político proclive a los principios a favor del clientelismo político herencia del ejercicio del poder político tradicional se expresa en sus críticas vertidas contra el horacismo y el jimenismo y contra la política implementada por el gobierno de Horacio Vásquez. En ese sentido consideró que tanto el jimenismo como el horacismo supeditaban sus intereses personales al interés general de la nación. Veían el Estado como un instrumento de beneficios individuales, en oposición al interés de la Patria. 67 años después de su muerte surgen diversas interrogantes: ¿A pesar de los avances, muchas de las críticas vertidas por Lugo siguen teniendo vigencia en la estructura del Estado dominicano? ¿Los males de la práctica política de su época denunciados por Lugo están presentes en la actualidad?
El Estado Dominicano refleja lo que puede, la variable voluntad de las masas populares; de ningún modo una voluntad política que aquí no existe. El pueblo dominicano no es una nación porque no tiene conciencia de la comunidad que constituye, porque su actividad política no se ha generalizado lo bastante. No siendo una nación, el Estado que pretenda representarlo no es un verdadero Estado”.
Recordemos que todas las estatuas con el tiempo caen o perecen en el fondo del mar a causa de las tormentas sino están en puerto seguro. Sin embargo, el recuerdo de los egregios individuos que moldearon su permanencia en el mármol del tiempo, como Américo Lugo, no perece.
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