La violenta década de los noventa
Cárcel de La Victoria
Francisco Jacinto de los Santos, el célebre “Danny 45”, que murió acuchillado en los noventas, fue el primero que se atrevió a ir de “Vietnam” a “Alaska” por encima de la autoridad y rompiendo hasta paredes de concreto. Nació en el barrio de Los Mina, Santo Domingo Este, en 1961. Hijo de Generosa y Gumersindo de Los Santos, fue criado junto a sus otros seis hermanos en un ambiente humilde, sostenidos mayormente por el esfuerzo de su madre que en 1965 quedó viuda.
Los internos “salían al patio nada más que a matar gente”.
Ellos eran los que contralaban la cárcel; la policía no entraba allí”. Se dice que incluso hasta violaban a la visita.
Las cosas empezaron a cambiar con la llegada de Díaz Pérez. En esa época no había “goletas”, todos estaban juntos en una celda y hasta se les podía contar (tampoco había el hacinamiento que hay ahora). Había camas de guardia, de hierro, que Díaz Pérez las mandó a sacar porque los internos hacían cuchillos de ellas.
Los años en que la Penitenciaría podía recorrerse entera por el pasadizo de celdas que se comunicaban, sucesivamente, una con otra. Empezaba en los “Pasillos” y terminaba en el “Hospital”. Entonces el patio se dividía en dos por una verja: de un lado los “buenos y del otro los malos”, del lado del play (en la parte occidental de la prisión). “Si uno saltaba, los malos le entraban a puñaladas”. “Danny 45”, uno de los reclusos más célebres de La Victoria, un hombre “bajito” que afuera tenía un “coro de más de 300 hombres”, así de poderoso, que murió por esos años en una revuelta que acabó en su contra y que se llevó de paso a “Boca Chula”, su amante en la prisión .
Imagen: Danny 45
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