Relato de un morador del Barrio 27 de febrero

 

La masacre de los 5 jóvenes miembros de Club Héctor J. Díaz 1971

Criados de infancia, crecimos juntos, ibamos a escuelas juntos, jugabamos pelotas en La Cienaga. Reyes era 3ra. base muy bueno, yo era shortstop -,. La madrugada en que los asesinaron, fueron a mi casa como 1 a.m. a comprar cigarillos, Rhadames y Reyes, había una paletera en mi casa y le atendió mi Papá, -ya- fallecido y recuerdo que le pregunté a mi madre que hacían ellos en las calles a esa hora de la madrugada. Me respondió que había fallecido otro de los muchachos, Julito, en un accidente de tránsito. Me levanté como a las 6 a.m para ir al velorio de Julito, pero hubo como una premonición de parte de la madre de Reyes, doña Pura, era evangélica y lean bien lo que voy a narrar lo siguiente: Ella tuvo un lenguaje alterado extraño, inentendible, entre otras cosas decia: "levántense, levántense", especie de una montadera como se dice.

Fuí al velorio, asaber lo de Julito, todavía no se sabía de las muertes de los 5 compañeros inolvidables del Club Hector J. Díaz. Como a las 7 a 8 de mañana ya corrían comentarios de su desaparición y posterior asesinatos.

El 1ro. que supimos de su muerte fue el de Reyes, lo vi personalmente, era mi vecinito del alma, tenía un tiro en la frente, luego Rhadames, apareció torturado, quemado, luego Gerardo a quien confieso, no lo conocía bien. No vi el cadáver de Ruben, quien era el menor del grupo y vivía a dos esquinas hacia arriba, izquierda del barrio, calle 11. Y el último en aparecer fue Fernando Checo, apareció en un cañaveral, no recuerdo si fue en Haina, también quemado, yo tengo un recuerdo eterno de él, me queda huella en mi brazo izquierdo de una mordida que me dio de un pleito de muchachos, es una huella indeleble.

Después que supuestamente, ellos fueron atrapados pegando afiches del MPD, yo personalmente, nunca supe de que eran activistas politicos, nunca, aunque, si inquietudes y repudio al régimen de terror. Otro dato es al que se refiere es que habían comentarios en el Barrio de que otro de los compañeros del Barrio, lo había chivateado, ese era Rafelito, fallecido, que vivía en la calle Santa Rita, allá abajo. No se pudo confirmar tal versión. El llegó a negarlo.

El Barrio se tiró a las calles totalmente lleno de indignación, rabias e impotencias. Mi hermano mayor, quien aún vive, padrino de Reyes, Miguel Tolentino, se desesperaba y boceaba contra el régimen. Nivar Seijas - Jefe de la Policía- fue a mi casa a interrogar a mi Papá. Era todo terror, la PN -Policía Nacional- se aposicionó en la esquina parte sur para ametrallarnos. Fue terrible. Apareció mi tío Humberto, quien también, vive aún, con experiencia militar, ex-Constitucionalista y nos saca a mi y a mi hermano José Tolentino hacia Puerto Plata -norte del país- e hicimos vida de clandestinidad, no tuvimos contactos con nadie durante 6 meses, -luego- que regresamos al sector, pero, tuvimos que mudarnos, a la calle 14 casi Esq. 17.